• Influencias del Brexit

    A día de hoy no hay indicios de consecuencias económicas en España. Habrá que esperar, pues podría haber riesgos altos si se produce un Brexit duro, con pérdidas, o al menos situaciones límites, en el negocio entre ambos países, con inversiones millonarias desde las islas y los miles de puestos de trabajo que se generan.

    Los índices se verán afectados en las relaciones bilaterales de los dos países, pues no seremos competidores el uno del otro de forma directa. Falta saber cómo serán nuestras relaciones como asociados.

    Lo idóneo es poder acordar libre comercio que liberen de trámites muy farragosos a ambas partes. No será suficiente, pero ayudará. Pues lo más perjudicial no será la burocracia, sino los controles aduaneros en frontera, que pueden provocar numerosas pérdidas en productos perecederos. Los protocolos de seguridad en aduanas, sobre productos de terceros estados, aumentará el tiempo de recepción de mercancías.

    Las inspecciones de los productos, pagos de tasas aduaneras, registros aduaneros… esto es lo que más daño puede hacer al sector agroalimentario. Las empresas deben sacar ya certificados aduaneros para agilizar procesos.

    Para adelantar pasos, desde GAP nos hemos trasladado ya a Inglaterra (London, Birmingham, Liverpool…) para poder acercar posturas con nuestros clientes y proveedores ingleses.

    El aumento de inversión en logística y transporte se verá reflejado en las exportaciones, cuya demanda puede verse disminuida. La disminución del poder adquisitivo de los ingleses, al haber una depreciación de la libra esterlina comparada con el Euro, reduce la rentabilidad de negocio con Inglaterra. Dicho país perderá los beneficios fiscales que tiene con la Unión Europea. Es un cambio significativo, pues habrá variaciones y no se podrá poner un precio fijo. Los productos seguirán los mismos procesos de entrada al Reino Unido según las mismas reglas que se usan para cualquier otro país.

    El Brexit no aportará beneficios a España, ni en productos ni en turismo, que se verá afectado al igual que las inversiones de nuestro país en Inglaterra. Por otro lado, numerosas multinacionales se irán de la capital inglesa a otras capitales de Europa para poder seguir dentro de la Unión Europea. Eso también se traduce en una oportunidad para atraer puestos de trabajo, algo en lo que España tiene que estar atenta para poder adquirir antes que Francia o Alemania, que se convertirán en competidores directos en querer recoger esos puestos de trabajo. El Brexit también nos tiene que servir para poder diversificar mercados y expandirnos a otros lugares.

    En los últimos años, las exportaciones a Reino Unido han crecido por encima de la media, con lo que se debe luchar por mantener ese crecimiento en sectores como la alimentación. El enfoque ha de ser distinto, hay que mirar a otros mercados, con una planificación para poder adaptarnos a los mercados que surjan con esta nueva realidad.