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Feb 14 2020 ¿Cómo adaptarnos?
En nuestro sector, adaptarse al cambio climático constante, es uno de los problemas a superar día a día. Las previsiones según los registros de lluvia, temperatura y demás eventos climáticos, hacen prever un aumento de casi 3 grados, con un verano más largo y que cada año llegará antes.
Esa inquietud es común para todos, que hace imprescindible ajustar las variedades de todas las frutas según las alertas creadas o a considerar, para desarrollar más calidad y adaptabilidad.
GAP, desde el sector privado está comprometido y pone en marcha iniciativas para hacer frente a estas variaciones, poniendo en valor los proyectos de I+D+I+i que se adaptan a la lucha contra el cambio climático.
Iniciativas internacionales, como el certificado Wineries for Climate Protection, diseñada para el mundo de la uva a finales del 2015, son grandes favorecedoras de la lucha frente al cambio climático. En este sentido, equipos multidisciplinares investigan hasta qué punto se puede dotar de mayor resistencia climática a las vides, para además poder extrapolar estos estudios a otras secciones de la agricultura.
Limitar el alcance del cambio climático también se topa con obstáculos como culturales, financieros y legales, de forma que serán los propios agricultores los que se adapten a los escenarios de mayor calentamiento, estudiando sus orígenes, progenitores y descendientes; su adaptación a la sequía, sensibilidad a las plagas y resistencia a las estaciones con bajas temperaturas. De esta manera, se detectarán las que mejor se adapten a estas nuevas condiciones y a las nuevas tendencias.
Aquellas plantaciones que no se adapten a estos 3 grados de calentamiento, dejarán de ser adecuadas para la explotación, repercutiendo en pérdidas. Si se adaptan de forma óptima esas pérdidas de frutales existirán, pero con una reducción considerable. No es la medida más fiable, pues si sigue el calentamiento, el relevo de variedades irá siendo cada vez menos inmune, aumentando pérdidas, con lo que la solución debería ser luchar contra el cambio climático antes que luchar por adaptar cultivos, solución que es válida ahora mismo, pero que, con el tiempo, se reduce efectividad.
De ahí la importancia en mejorar sistemas de regadío, recogida de producto, envasado, transporte, etc. Sectores en los que GAP está firmemente concienciado, buscando siempre la mejora de la calidad del producto y siguiendo las reorganizaciones donde se cultivan las variedades que dejan de dar eficacia.