Monthly Archives

Los INCOTERMS (International Commercial Terms) determinan la responsabilidad de las distintas partes respecto a las condiciones de entrega, asunción de riesgos de cada parte, reparto de los gastos, trámites aduaneros, transporte y seguros, de forma que se puedan garantizar entre cliente y proveedor las condiciones más óptimas para ambos en las que se realicen estos intercambios de bienes. Se ocupan de derechos y obligaciones en el contrato de compraventa, en entrega de mercancías y para contratos internacionales y nacionales, pero no de consecuencias de posibles incumplimientos ni sobre los derechos de propiedad.

Los términos se pueden congregar por grupos, de manera que se forman el grupo C, grupo D y grupo F, tal como sigue: Grupo C (entrega indirecta, pago del transporte), que se divide en CFR (cost and freight), CPT (carriage paid to) y CIP (carriage and insurance paid) y CIF (cost, insurance and freight); Grupo D (entrega directa a la llegada), desarrollado en DAT (delivered at terminal, más información más adelante), DAP (delivered at terminal) y DDP (delivered duty paid); y por último, el Grupo F (entrega directa, el comprador no paga el transporte), siendo FCA (free carrier), FAS (free alongside ship) y FOB (free on board), y uno más, el EXW (ex Works).

Se elaboran por un comité de redacción (Drafting Group), en su mayoría de representación europea, aunque en el que esta ocasión también cuenta con miembros de China y de Australia, para hacer un total de 150 miembros, que forman la Cámara de Comercio Internacional, que es el organismo que los edita desde el año 1930.

Desde el año 1980, a principios de cada década, se recopilan cambios y mejoras a los INCOTERMS, de forma que se interpreten los términos comerciales, tanto internacionales, como nacionales.

Los nuevos cambios de INCOTERMS 2020, tendrán previsiblemente un vigor de una década, hasta 2029.

Entre ellos está el de la creación de DPU (delivered at place unloaded), que sustituye al ya comentado DAT. No cambian las obligaciones ni las funciones, sólo la denominación, para aclarar que se puede descargar en cualquier punto en el país de destino, no sólo en un terminal o infraestructura de transportes.

También se diferencian coberturas en el seguro de transporte, entre CIP y CIF, en las que en CIP el vendedor está obligado a contratar un seguro de transporte a favor del comprador con cobertura amplia y en CIF el vendedor está obligado a contratar un seguro con cobertura mínima.

INCOTERMS 2020 además, incluye requisitos relacionados con la seguridad del transporte, obligaciones y costes, tratando con mayor precisión la responsabilidad sobre seguridad en el transporte desde el país de origen al de destino y los trámites de despacho aduanero (exportación/tránsito/importación).

Del mismo modo incluyen acuerdos para el transporte con sus propios medios, explicando con mayor precisión cual de las dos partes es responsable de hacer los despachos aduaneros, asumiendo riesgos y costes.

Entre los cambios, está la estructura de las obligaciones, que se desglosan entre vendedor (A1 Obligaciones generales, A2 Entrega, A3 Transferencia de riesgos, A4 Transporte, A5 Seguro, A6 Documento de entrega o transporte, A7 Despacho import/export, A8 Embalaje, empaquetado y marcado, A9 Distribución de costes y A10 Avisos) y comprador (B1 Obligaciones generales, B2 Recepción, B3 Transferencia de riesgos, B4 Transporte, B5 Seguro, B6 Prueba de entrega o transporte, B7 Despacho import/export, B8 Embalaje, empaquetado y marcado, B9 Distribución de costes y B10 Avisos).

Por último, se introducen novedades para facilitar la comprensión y uso de las reglas, con un lenguaje más sencillo, más contenido explicativo, mayor desglose en el reparto de costes, relación entre los incoterms y los contratos de comercio internacional, así como comparativa de obligaciones entre los 11 incoterms.

En nuestro sector, adaptarse al cambio climático constante, es uno de los problemas a superar día a día. Las previsiones según los registros de lluvia, temperatura y demás eventos climáticos, hacen prever un aumento de casi 3 grados, con un verano más largo y que cada año llegará antes.

Esa inquietud es común para todos, que hace imprescindible ajustar las variedades de todas las frutas según las alertas creadas o a considerar, para desarrollar más calidad y adaptabilidad.

GAP, desde el sector privado está comprometido y pone en marcha iniciativas para hacer frente a estas variaciones, poniendo en valor los proyectos de I+D+I+i que se adaptan a la lucha contra el cambio climático.

Iniciativas internacionales, como el certificado Wineries for Climate Protection, diseñada para el mundo de la uva a finales del 2015, son grandes favorecedoras de la lucha frente al cambio climático. En este sentido, equipos multidisciplinares investigan hasta qué punto se puede dotar de mayor resistencia climática a las vides, para además poder extrapolar estos estudios a otras secciones de la agricultura.

Limitar el alcance del cambio climático también se topa con obstáculos como culturales, financieros y legales, de forma que serán los propios agricultores los que se adapten a los escenarios de mayor calentamiento, estudiando sus orígenes, progenitores y descendientes; su adaptación a la sequía, sensibilidad a las plagas y resistencia a las estaciones con bajas temperaturas. De esta manera, se detectarán las que mejor se adapten a estas nuevas condiciones y a las nuevas tendencias.

Aquellas plantaciones que no se adapten a estos 3 grados de calentamiento, dejarán de ser adecuadas para la explotación, repercutiendo en pérdidas. Si se adaptan de forma óptima esas pérdidas de frutales existirán, pero con una reducción considerable. No es la medida más fiable, pues si sigue el calentamiento, el relevo de variedades irá siendo cada vez menos inmune, aumentando pérdidas, con lo que la solución debería ser luchar contra el cambio climático antes que luchar por adaptar cultivos, solución que es válida ahora mismo, pero que, con el tiempo, se reduce efectividad.

De ahí la importancia en mejorar sistemas de regadío, recogida de producto, envasado, transporte, etc. Sectores en los que GAP está firmemente concienciado, buscando siempre la mejora de la calidad del producto y siguiendo las reorganizaciones donde se cultivan las variedades que dejan de dar eficacia.

Mientras que en Argentina habrá merma de uva, España, Italia y Francia verán mejorada su calidad

A estas fechas, iniciada y casi terminada la vendimia en Argentina, aún se está analizando la posible cosecha del 2020, números que estarán disponibles este mismo mes, una vez finalizada la campaña, pero ya se puede ver que será inferior a otros años.

Hay distintas visiones sobre esta bajada, o bien se aliviará el sobrestock anual, o bien se reflejará en un aumento del precio de la uva en Argentina. Por un lado, que no se aumente el sobrestock, daría resultados positivos para los productores, pero por otro, ese porcentaje de bajada de producto, hará que el precio de la uva en Argentina se eleve.

Los otros tres mayores productores mundiales de uva, España, Francia e Italia, están bajo la lupa. Hay distintas visiones de cómo se presenta la actual campaña, dependiendo de la climatología y la viña.

Francia espera una disminución respecto al año anterior, con cifras récord. Se estima una bajada de un 10%, teniendo en cuenta las altas temperaturas que han afectado al centro del país y al frío y a la lluvia en general, justo en la época de floración.

Italia, por su parte, estima una cosecha media también a la baja, aunque con previsiones de 50 millones de hl, 5 millones más que en Francia. En cuanto a España, la vendimia se espera de 82 millones. Habrá descenso, el cual se verá muy condicionado por Castilla-la Mancha, el principal productor nacional. Pero aún así estamos en números muy altos. Esta gran cantidad de vino en España supondrá óptimas ventas, pues los clientes tienen gran necesidad al haber disminución de producto en países no europeos.

En regiones como la de Castilla-la Mancha, se corrija el “desequilibrio provocado en la pasada campaña, compensando las existencias acumuladas del año anterior, esperamos abastecer el mercado de la próxima campaña con productos diferenciados y de calidad, con el fin de captar mayor valor y reconocimiento en los mercados vitivinícolas internacionales” según Juan Fuente (portavoz sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias CLM.

La calidad, es un factor en los que los analistas coinciden, pues la humedad de este año hará una uva con una maduración óptima. Se llevará a una comercialización asequible y precios generosos. ASAJA C-LM insiste en que esa calidad premiará a los cultivados que la ofrezcan, siendo clave para seguir aumentando las exportaciones, como ya sucedió en 2019.